Veía en estos días la película “Iluminados por el fuego” de Bauer y al ver a uno de los personajes, un teniente, gritar “Viva la patria” mientras los soldados se morían de frio y hambre me pregunte si esta patria que llamamos Argentina valía la pena. Si esas vidas perdidas en las islas sirvieron de algo. Si servían de algo las vidas pérdidas, físicamente y psicológicamente, de los miles que han caído a lo largo de todos estos años, dictaduras incluidas, por la “Patria”.
Cada día, basta ver el noticiero o leer el diario, podemos darnos cuenta de las vidas que se pierden por la patria. Cuando muere un comerciante en un asalto, cuando un chico es atropellado por un loco y es dejado en la calle hasta morir, cuando una mujer es violada y asesinada, cuando un vecino es asesinado por 10 pesos. Esas son vidas que se pierden físicamente y estamos tan acostumbrados a eso que se nos ha vuelto normal y casi no sentimos nada, hasta que esa vida es la de un ser querido.
No hay que esforzarse mucho para ver cuántas vidas se pierden psicológicamente por esa misma patria. La de nuestros vecinos que se ven obligados a salir a revolver los desperdicios de una sociedad enajenada para ganar 2 pesos por día. La de los jubilados mendigando por una jubilación de miseria que apenas les alcanza. La de miles de trabajadores que salen cada día de su casa muy temprano, viajan como animales, y vuelven muy tarde solamente para que a fin de mes les depositen un importe que es gracioso de solo verlo.
Y no es solo un tema de “pobres” o de clases, también los de clase media sufren las consecuencias de esta patria, días sin luz, agua, o televisión (en el mejor de los casos). Impuestos abusivos que van a oscuras sacas. Padres y abuelos que sufren al ver que sus hijos y nietos tienen un futuro muy oscuro. Miles de familias fragmentadas porque sus hijos han decidido buscar otros horizontes en otros países.
Sin duda que hay algunos “patriotas” que están muy satisfechos con su situación, el tema es ver cómo han llegado a ser lo que son. Como decía el nano, es más turbio cómo y de qué manera llegaron esos individuos a ser lo que son ni a quién sirven cuando alzan las bandera. Y como dice Charly, si ellos son la patria yo soy extranjero.
Etimológicamente “Patria” viene de Padre, de clan, de familia, de origen. Es por tanto, mucho más que unos límites. Es un lugar donde nacemos, pero también el lugar que es nuestro “padre”, nuestra “familia”. Cada uno tiene experiencias particulares pero no entiendo a un padre o una familia que se empeña en que sus hijos sufran, que no se desarrollen, que no sean libres.
La Argentina, como Patria, no existe. No es posible que esta patria trate tan mal a sus hijos. Recuerdo una frase de Henry George que decía "¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?." Recordala cuando quieras comprar tu primer departamento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario