lunes, 30 de junio de 2008

Festejar el Fracaso

Como tantas otras veces, el deporte se muestra como un magnifico espejo en el cual ver como somos. Soy hincha de Racing de toda la vida, lo he sufrido desde chico y he gozado esporádicamente. En el 2001 el estado de sitio me impidió verlo salir campeón, cosas de este país.

Ayer, viendo el estadio repleto y la gente pletórica, pensé que extraña es esta sociedad en la que vivimos. Racing no salía campeón, todo lo contrario. Racing no clasificaba para una copa, no, Racing le ganaba a un equipo de segunda división y mantenía la categoría. El que antaño fuese un club poderoso (primer campeón del mundo, primer tricampeón del futbol argentino, primer campeón de la supercopa, etc.) solo ha tenido una alegría en 42 años (campeonato del 2001).

Es extraño, nos hemos acostumbrado tanto a estar tan mal, que cualquier mínima alegría nos hace exultar. Escuchaba a un jugador de Gimnasia de Jujuy, tras ganar su partido y también mantener la categoría, decir que eso era “lo mejor que me paso en la vida”.

A los argentinos nos han educado para mirar la superficie y nunca ir mas allá. Así, cada día, nos mienten con conceptos que no resisten ningún análisis y sin embargo, la inmensa mayoría, los creemos.

Ayer festejamos un fracaso. Para aquel jugador, lo mejor de su vida, fue fracasar. Y una injusticia, la ventaja deportiva premia al equipo (de la A) que ha hecho toda la temporada las cosas mal y castiga a aquel (de la B) que ha hecho toda la temporada las cosas bien.

Qué tristeza. No es casual, el país que era potencia, el granero del mundo, el faro de América, es hoy un esbozo de país, una caricatura y nos quieren hacer creer (y muchos lo creemos) que esto es el país de las maravillas.

Vemos solo la parte de la verdad que nos gusta, la que es nuestra, como la señora de Bonafini, que entiende que la represión hacia la gente que no piensa como ella es legítima y se olvida que lo mismo pensaban los que hicieron desaparecer a su hijo.

La selección argentina de futbol, creemos, es la mejor del mundo y la FIFA dice que esta primera en el ranking. Sin embargo, pasaron 22 años desde que gano el último campeonato del mundo y más de 10 desde la última conquista continental.

Vivimos engañados. Nos hemos acostumbrado tanto a estar tan mal que festejamos cualquier cosa, incluso el fracaso. Tergiversamos la realidad para acomodarla a nuestras ideas y llegamos (esquizofrenia donde las haya) a tomar como bandera aquello que toda la vida hemos perseguido y criticado.

La sabiduría popular dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver. No queremos ver, después de décadas de hastío, estamos en un estado de adormecimiento en el que solo vemos lo que tenemos delante y no podemos o no queremos ver mas allá.

Ver mas allá implicaría ponerse a pensar cómo vamos a hacer para no estar el año próximo sufriendo por la promoción. Implicaría ponerse a pensar a donde nos llevara el tren bala si no se detiene a tiempo.

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